ARACELI R. ARJONA
13/09/2013
13/09/2013
Poeta y rapsoda en el ámbito del flamenco, acaba de publicar
La libertad de una mujer gitana, una mano tendida a otras mujeres y un grito
contra el racismo
--Una mujer gitana que lucha por la libertad. ¿Qué
significa para usted esa palabra?
--Para mí la libertad es algo esencial del ser humano. Nací
libre, vivo libre y quiero morir libre porque sin libertad no se puede vivir,
se sea hombre o mujer, porque antes de ser gitana o paya, se es persona.
--¿Por qué escribe?
--Escribo porque es la única forma de expresar lo que
siento, porque escribiendo soy feliz. Y lo hago desde los ocho años, a raíz de
un hecho racista que viví en el colegio. Nunca he dejado de escribir. La poesía
me lo da todo y no me pide nunca nada.
--¿Se siente un bicho raro?
--Sí, siempre me he sentido un bicho raro. Las mujeres
gitanas de mi edad no me entienden, incluso me dicen que no soy gitana, cuando
estoy casada por el rito gitano. A pesar de eso, quiero luchar por ellas,
porque yo sí las comprendo y creo que son víctimas de unas costumbres, de una
cultura que no las deja ser lo que son y hay que ayudarlas para que dejen de
estar excluidas socialmente.
--¿Cuál es su sueño?
--No quiero riquezas, solo pasar por la vida siendo yo
misma.
--¿Cree que el pueblo gitano quiere cambiar, prosperar?
--Algunos se han acomodado, han buscado una vida fácil,
malviven o han caído en la droga, pero para que cambien hacen falta referentes
y líderes que tiren de ellos, algo que no existe. Y para prosperar hace falta
acabar con el paternalismo y que alguien tienda la mano al pueblo gitano, no
con subvenciones, sino con intención de ayudar de verdad. El gitano y la gitana
tienen que tener cultura. Si no, ¿qué futuro les espera?
--¿Quién fue su referente?
--Mi padre, Curro Torres, un poeta lírico y el hombre más
inteligente que he conocido en mi vida. El me inculcó el amor a los libros y me
dijo que, ante todo, fuera siempre fiel a mí misma.
--¿Hasta dónde llegó en sus estudios?
--Hasta segundo de Bachiller. Con 18 años, me dieron a
elegir entre seguir estudiando o casarme con Manuel, el hombre de mi vida, y lo
elegí a él.
--¿Se arrepiente de su decisión?
--No, tengo tres hijos maravillosos y mi marido es mi mayor
apoyo, pero me hubiera gustado seguir estudiando y casarme más adelante. Ahora
que ya he criado a mis hijos y son mayores, pienso volver a estudiar.
--¿Por qué tanta prisa con que se casara?
--Porque en la cultura gitana, la mujer tiene que casarse
virgen y, como yo ya salía con Manuel, había que evitar riesgos.
--¿Qué opina del culto a la virginidad del pueblo gitano?
--Que habría que eliminarlo porque eso coarta mucho a las
mujeres. En mi opinión, una mujer puede tener relaciones sexuales y seguir
siendo perfectamente íntegra. Lo que no puede ser es que se case a niñas de 13
años y se les robe su infancia.
--¿Qué le diría a los hombres gitanos?
--Que no sean machistas, que cambien, que entiendan que no
se puede ser persona ni vivir sin libertad y que tener una pareja --y eso se lo
diría no solo a los gitanos, porque pasa en todos los ámbitos y ahora mucho
entre los jóvenes-- no te da derecho a prohibir ni a controlar ni a atar al
otro.
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